Pasamos le control del km45 y descansamos a la sombra de un arbol, donde un equipo ya solo de 4 esperan a que un compañero se pinche las ampollas. Otro de los componentes enciende un cigarrillo. Entablamos conversación, asi la espera no se hace tan larga. A lo lejos divisamos las camisetas amarillas de AG y sus compañeros. Observamos en sus rostros el esfuerzo realizado en las horas centrales de tanta calor. Raúl anda algo tocado. Leli va bien. A Inma y Angel se les ve que han sufrido. El sol se retira poco a poco y la temperatura empieza a disminuir, pero la leña que nos ha dado durante las horas anteriores ha sido tela. Que se lo digan a mi hermano de filas Javi. O al Potaje... o... vamos a parar, hay que ver el lado positivo de la carrera.
Continuamos la marcha y charlo con los recien llegados a ver que heridas tienen. Salvo unas ampollas lo demas es leve. Les veo que no quieren correr. Estan muy cansados. Miro el reloj. Recuerdo el primer año que hice los 101, en 2006, mucho mas calor que hoy. Desde el km 15 andando por "la caló". Ambas ampollas en sendos pies. 85km andando. 22h50 minutos y por los pelos. Lo comento al grupo que no me fio de la cantidad de gente y que se pueda repetir el paron de 2h en Setenil del 2006, y que deberíamos aprovechar las bajadas y los llanos para trotar y arañar minutos, ademas de mover las piernas de forma diferente. ¿Todos somos corredores, no? entonces ¿que hacemos andando? ¡hala, to´l mundo a trotar! que las ampollas salen de nadar no de correr, y solo llevamos 45km. Empezamos a trotar.
Manda el que va "cadaver", el que está mas mal de los 6. Sin miedo, lento y suave, que no se corte de decir ¡paramos! que es la única forma de seguir todos juntos. Asi entre trote y trote, y otras veces andando, nos plantamos en Setenil, creyendo, como todos, que en el 52 esta el avituallamiento y las mochilas. Y los sanitarios para curar a AG. Que ilusos. Le comentamos a Raul, Inma y AG, que son los que van mas tocados que nos vamos a acercar a Setenil corriendo. km 50 y pico. Emepzamos a correr. pero a correr. El camino va bordenado una ribera. A la izquierda Setenil, tras la rivera. a la derecha sierra, que cerquita y que lejos. Vamos adelantando a numerosos marchadores. No paramos ni en los repechitos. Durante un buen tramo no dejamos de correr. Conho!!! que lejos está el km 52....
Leli aumenta el ritmo, con la misión de ponerse en cola y retirar las mochilas de sus acompañantes que vienen andando mas atras. Vista y no vista. Esta fuerte. Cayo esta animadisimo, gritando a diestro y siniestro ánimos a todo el que ve. . Yo, a duras penas, puedo contonuar a su ritmo, pero no mas de 10 metros nos separan, y es una sorpresa escuchar los comentarios de los que vamos pasando acerca de Cayo (los dos llevamos casco "pretoriano") Estos pretorianos estan locos!!!..., cuando menos te los esperas salen por todos lados..., estos si que tienen mérito, con la que esta cayendo y los tios con los cascos emplumados.... la verdad es que nos lo estamos pasando en grande :)
Cruzamos un puente y nos metemos en las calles/montaña de Setenil. Vemos restos de una velá o verbena, algún tirador de cerveza... cerveza, ahhhhhh, como diría Homer Simpson, anda Cayo, invitame a una fresquita, que tenemos que reponer la fibra que hemos gastado en esta última carrerita. Y hecho, nos metemos en un bar, y no somos los primeros particpantes que lo hacemos, esto son los 101 de Ronda ;-)
Continuamos por las calles/montaña de Setenil y a lo lejos divisamos a tres pretorianos, chungo, algún problemilla a debido de pasar, son Scheilor, Chechu y Lex Tutor. El último va a duras penas debido a una uña rota, herida mal curada de nuestra última aventura en tierras extremeñas, hace tan solo tres semanas, las LXVII millas romanas de Augusta Emérita. Herida sangrante con muy mala pinta. Baja en Setenil y en manos de los podólogos, buenos profesionales al mando de Pepe Algaba, casi ná. Y ya en poco menos que canta un gallo, con el sol ya hace rato escondido tras la silueta espectacular de Setenil entramos en el colegioa recoger mochilas y llenarnos el estómago.
En los últimos metros antes de entrar en el colegio entre los vítores del público que inunda a derecha e izquierda el camino escucho un grito conocido ¡Preotrinano! es LA VETERANA con su camiseta SUSMURAIS y una sonrisa de oreja a oreja y un brillo especial en sus ojos. Esta apoyada en dos muletas. Me paro frente a ella en seco, me quito el casco, me arrodillo y le cojo la mano para darle un beso. Me levanto y le doy otros dos besos sonoros en cada mejilla. ¡Que alegría verte VETERANA! ¡Ponte bien pronto que tenemos que patear muchos kilómetros! Me confiesa que esta disfrutando de la carrera y de tantos conocidos desde otro punto de vista. Nos despedimos con gran alegría. Esto son los 101 de Ronda
Leli tiene ya en su poder las mochilas de sus compañeros. Han sido 6km extras, pero da igual, nos lo hemos pasado en grande. Corriendo muy sueltos y sobrados de fuerzas. Nunca había llegado tan bien a este punto. Correr jugando o jugar corriendo. Recojo mi mochila, Cayo no dejo prevista ninguna. Hay que buscar un frontal y una prenda de mangas largas, la noche se nos esta echando encima, y las temperaturas bajan considerablemente. Nos queda un buen trecho hasta el cuartel donde si tenemos ambos mochila. Nos juntamos con el resto de pretorianos, Lentulo y Pintus Impacatus, que van acompañando a un aspirante a pretoriano y un cientounero recogido durante los kilómetros anteriores. Ya no se separarían hasta meta. Esto son los 101 de Ronda. Nos ofrecen una cervecita, la cual, como buenos pretorianos, no despreciamos. Y comemos y nos cambiamos a la espera de que lleguen AG y sus compañeros. Lo hacen pasado un buen rato. Raul llega muy tocado y abandona. Otro año será. AG e Inma se cambian rápidamente, comen algo y tras prestarle el frontal de Raúl a Cayo y na sudadera, emprendemos de nuevo el camino hacia el cuartel, con la suerte de que este año son 6km menos, y aunque el recorrido es diferente vamos con la expectativa a ver que nos encontramos (y vaya si nos encontramos con una novedad novedosa ;-))
Salimos del cuartel los 5 juntos. Por delante Lentulo y Pintus, y sus aspirantes. Atras quedaron Scheilor y Chechu, aún descansando. Abandonan Raul y Lex Tutor. Menos de 20km hasta el cuartel. Leli, Cayo y yo salimos trotanto en las bajadas. AG e Inma nos siguen. Por delante una ristra de luces rojas intermitentes. Por detras una ristra de luces blancas fijas. Van cayendo los kilómetros y el circuito sigue siendo el mismo que la edición anterior. ¿Donde esta la sorpresa?
Una sombra pequeña se me acerca por la izquierda. Alumbro con el frontal y un par de ojos tristones y brillantes me miran con cara de sorpresa. Un perrillo flaco, color blanco con manchas negras y una capa de polvo se ha propuesto acompañarme. Y bien que me acompañó. Atras escucho la conversación de mis compañeros. Voy en cabeza y noto que la pendiente cada vez es mas dura. Hasta tal punto que uno empieza a resoplar. Y a cantar. Solo lo hago en la cuesta de la hermita. Es decir, me encuentro en un cuestón del copón. La sorpresa ¿y siete kilómetros asi? No se cuantos serían, pero mas de una hora cantando pueden asegurar con cierta fiabilidad que asi fué
Pierdo de vista el perrillo cuando se une a un grupito de marchadores que me pasan lentamente. No es que me je ir porque atras estan mis compañeros, es que no puedo ir mas aprisa. Me esta costando trabajo. Me acuerdo de la carrerita para atras, me acuerdo de los 6km inespereados de Setenil, y me acuerdo de la madre que parió al que cambió el recorrido, hasta me acuerdo del circuito de la alambrada de 2006. En aquella ocasión Lentulo llamó al móvil de LA SUFRIDA para decirle que se acordaba de su santa madre. En esta ocasión no tengo el teléfono de LA SUFRIDA de esta edición. Pero todo lo que sube baja, y empezamos la bajada. Aprovechamos y empezamos a trotar, todos a una. La cosa va bien, muy bien, el año pasado no hicimos ni un metro de estos al trote, estaba muy embarrado tras el paso de 3000 bicis y mil marchadores, y a duras penas podíamos mantener el equilibrio andando. Imaginate corriendo. Pero este año el terreno esta en condiciones optimas y se puede trotar. Y en esas estamos. Asi que lento, suave y sin miedo nos dirigimos al cuartel.
Poco a poco Leli,Cayo y yo nos distanciamos de AG e Inma, ellos de vez en cuando paran a andar, nosotros seguimos con nuestro trotecillo y charlando animadamente. Suena el teléfono. Son AG e Inma, que se han perdido, que no ven luces. Cayo espera. leli va a su encuentro. Yo sigo, que me enfrío, una camiseta técnica de mangas largas, un cortaviento sin mangas y la coraza son mi única defensa frente al frio de la sierra rondeña y noto que se me estan congelnado las entrañas, asi que sigo trotando hasta el cuartel. Espero con ansia el reencuentro.
Continuará...