20100531

Qué es El LOOPING


Para quien no conoce el concepto de looping, es un término que crearon los informáticos para definir un enredo de los tantos que se han creado y para lo cual no tienen una explicación sencilla para aclarar el problema.

Haciendo poco esfuerzo trataré de explicar en pocas palabras este famoso término.

Se dice que un programa de informática "entró en un looping" como cuando ocurre la siguiente situación:


El DIRECTOR llama a su secretaria y le dice:
- Vanesa: Tengo un seminario en Argentina por una semana y quiero que me acompañe para que conozca a mis socios. Haga los preparativos del viaje...

La secretaria llama al marido:
- Oye Juan, Voy a viajar al extranjero con el director por una semana. Tendrás que quedarte solo esa semana, querido.

El marido llama a la amante:
- Leonor, mi tesoro: La bruja va a viajar al extranjero durante una semana, vamos a pasarnos esa semana juntos, mi reina...

La amante llama al niño a quien le da clases particulares:
- Manuelito: Tengo mucho trabajo la próxima semana... No tienes que venir a dar clase...

El niño llama a su abuelo:
- Oye abuelo: La próxima semana no tengo clases, mi profesora estará ocupada. Así que por fin... ¡Vamos a poder pasar la semana juntos!

El abuelo (que es el DIRECTOR en esta historia) llama a la secretaria:
- Vanesa, venga rápido: Suspenda el viaje, voy a pasar la próxima semana con mi nieto que hace un año no veo, por lo que no vamos a participar en el Seminario. Cancele el viaje y el hotel.

La secretaria llama al marido:
- Juan: El payaso del director cambió de idea y acaba de cancelar el viaje, se fastidió el ir a Argentina.

El marido llama a la amante:
- Amorcito, disculpa: No podremos pasar la próxima semana juntos, el viaje de la tetona de mi mujer fue cancelado.

La amante llama al niño de las clases particulares:
- Manuelito: Mira, cambié de planes; esta semana te voy a dar clases como siempre.

El niño llama al abuelo:
- Abuelo: la pesada de mi profesora me dijo que esta semana sí tengo clases normales, discúlpame, no voy a poder hacerte compañía.

El abuelo llama a la secretaria:
- Vanesa: Mi nieto me acaba de decir que no va a poder estar conmigo esta semana porque tiene clases. Así que continúe con los preparativos del viaje al seminario...

¿¿¿Te quedó claro lo que es un looping...???

20100526

Ya estábamos muertos


Carta de un funcionario en un foro:

Resulta que en la década prodigiosa del pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.

Y ahora que el asunto explota y se viene abajo, la culpa del desmadre… es de los funcionarios. Los alcaldes, diputados y senadores que gobiernan la cosa pública a cambio de una buena morterada no son responsable de nada y nos apuntan directamente a nosotros: somos demasiados, hay que ultracongelarnos, somos poco productivos. Los responsables bancarios que prestaron dinero a quienes sabían que no podrían devolverlo tampoco se dan por aludidos. Todos los intermediarios inmobiliarios, especuladores, amigos de alcalde y compañeros de partida de casino de diputado provincial no tenían noticia del asunto. Nosotros sí. Como diría José Mota: ¿Ellos? No. ¿Nosotros? Si. Siendo así que ellos? No. Por tanto, nosotros? Si.

La culpa, según estos preclaros adalides de la estupidez, es del juez, abogado del estado, inspector de hacienda, administrador civil del estado que, en lugar de dedicarse a la especulación inmobiliaria a toca teja, ha estado cinco o seis años recluido en su habitación, pálido como un vampiro, con menos vida social que una rata de laboratorio y tanto sexo como un chotacabras, para preparar unas oposiciones monstruosas y de resultado siempre incierto, precedidas, como no podía ser de otra forma, de otros cinco arduos años de carrera. Del profesor que ha sorteado destinos en pueblos que no aparecen en el mapa para meter en vereda a benjamines que hacen lo que les sale de los genitales porque sus progenitores han abdicado de sus responsabilidades. Del auxiliar administrativo del Estado natural de Écija y destinado en Barcelona que con un sueldo de 1000 euros paga un alquiler mensual de 700 y soporta estoicamente que un taxista que gana 3000 le diga joder, que suerte, funcionario.

La culpa es nuestra. A poco que nos descuidemos nosotros los funcionarios seremos el chivo expiatorio de toda una caterva de inútiles, vividores, mangantes, políticos semianalfabetos, altos cargos de nombramiento digital, truhanes, pícaros, periodistas ganapanes y economistas de a verlas venir que sabían perfectamente que el asunto tarde o temprano tenía que petar, pero que aprovecharon a fondo el momento al grito de mientras dure dura! y que ahora, con esa autoridad que da tener un rostro a prueba de bomba, se pasan al otro lado del río y no sólo tienen recetas para arreglar lo que ellos mismo ayudaron a estropear, sino que, además, han llegado a la conclusión de que los culpables son... tachan...los funcionarios.

Soy funcionario. Y además bastante recalcitrante: tengo cinco títulos distintos. Ganados compitiendo en buena lid contra miles de candidatos. ¿Y saben qué? No me avergüenzo de nada. No debo nada a nadie (sólo a mi familia, maestros y profesores). No tengo que pedir perdón. No me tocó la lotería. No gané el premio gordo en una tómbola. No me expropiaron una finca. No me nombraron alto cargo, director provincial ni vocal asesor por agitar un carnet político que nunca he tenido.

Aprobé frente a tribunales formados por ceñudos señores a los que no conocía de nada. En buena lid: sin concejal proclive, pariente político, mano protectora ni favor de amigo. Después de muchas noches de desvelos, angustias y desvaríos y con la sola e inestimable compañía de mis santos cojones. Como tantos y tantos compañeros anónimos repartidos por toda España a los que ahora algunos mendaces quieren convertir, por arte de birli-lirloque, en culpables de la crisis.

Amigos funcionarios, estamos rodeados de gente muy tonta y muy hija de puta.

PD. Si alguien, en cualquier contexto, os reprocha -como es frecuente- vuestra condición de funcionario os propongo el refinado argumento que yo utilizo en estos casos, en memoria del gran Fernando Fernán-Gómez: váyase Usted a la mierda, hombre, a la puta mierda.